Algunas veces es habitual comenzar con una frase célebre, y de tanto que me quejo por ello, que no me fue fácil hacerlo de manera diferente. Así que, en esta oportunidad habré de pasar por una, tal vez dos y por que no, una tercera, ya se verá como sale:
Primera,
“…tu silencio me ofende.”
¿preguntas?

Entonces esto:
Primera,
“…tu silencio me ofende.”
¿preguntas?

Entonces esto:
“Nenbum insulto pronunciado jamais
Feriu tao profundamente, como
A ternura que esperamos
E nao recebemos.
Ninguém jamais se arrepende
Tao amargamente de uma
Indiscrecao pronunciada,
Como das cosas que deixo
De dixer”
Feriu tao profundamente, como
A ternura que esperamos
E nao recebemos.
Ninguém jamais se arrepende
Tao amargamente de uma
Indiscrecao pronunciada,
Como das cosas que deixo
De dixer”
¿Nada?
Entonces termino con las palabras de una santa que responde, en este caso, a mis expectativas:
“¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien mil lenguas! porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!!!”
En fin, solo quiero saber de aquellas cosas no recuerdo.
Créditos: de Siena, Unamuno y Anónimo
“¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien mil lenguas! porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!!!”
En fin, solo quiero saber de aquellas cosas no recuerdo.
Créditos: de Siena, Unamuno y Anónimo
2 comentarios:
Frases celebres hummm...
Aqui va una:
"Núnca empieces algo que jamás puedas... ahhh.... no se.... heee... en fin.
Creo que tu deberias aplicar unpar de esas fracesillas, mi pequeña amiga.
Publicar un comentario