Transformaciones

Si de confesiones vergonzosas se trata, yo tengo mas que un par y muchas de ellas no tienen excusas, o bueno…, si las tienen pero son rebuscadas, negadas y un tanto mal paradas. (Léase bien, PA-RA-DAS).
No soy una persona fotogénica y por eso pensé en una gran cantidad de “peros”, que no cualquiera luce frente a cámara, que no todos marcan bien, pues nada, nada… yo las tengo todas, hago muecas, el pelo esta revuelto, quedo con un ojo cerrado, sino a veces con los dos, inclusive, he llegado a lucir como un fantasma.
Lo he asimilado a través del tiempo como cosas que pasan y si bien no disfruto aparecer en ellas, una que otra se destaca de las demás, cierto ángulo, ciertas sombras, en fin, una en ufff... Y ahora, ¡sucede que mi madre quiere colocar una más en la pared de fotografías familiares!!, esto es agónico, no importa cuantas veces le explique que no me gustan mis fotos, me repite que quiere modificar la foto de cuando tenia 8 y PUN-TO. Luego, en vista de mi desasosiego, me recuerda que la foto que más la hace quererme y lo dice con una sonrisa en su rostro, es esta:

No hay retorno, voy a empezar a hacer una quemazón.

Créditos: A los que me conocen y saben que NO soy así. ¿Cierto?

Fotografía: Ni idea, pero lo ahorco si me acuerdo.