13 de noviembre de 2008

Iluminación

Mi padre siempre ha sido un neurótico del aseo y un tanto mal geniado, aunque también por estos años se ha convertido en una persona tranquila, deportista, costurero, aficionado a la música clásica y TOTALMENTE dependiente de mi madre, muchas cosas resultan incomprensibles cuando se es joven y distraída; cosas como la necesidad de limpiarse los pies cada vez que se entra a las habitaciones, ó utilizar la crema dental de abajo hacia arriba, ó no correr los asientos desde el espaldar sino desde la base ó no arrastrar las chanclas en la mañana ó no poner el radio tan duro con grunge y baladas pop, y otras más que no recuerdo.

Y uno puede negarse, decir que las cosas deben ser distintas, acomodarlas de manera diferente, pelear por espacios propios, se puede ser rebelde y arrastrar las chanclas, pero hace unos días organizando la cantidad de papeles en carpetas, organizando las fotocopias en AZ y los archivos del computador, quemando archivos, limpiando el aceite que se me regó en el piso, barriendo la casa, poniendo la ropa en la lavadora, re-poniendo los libros en los estantes, mientras hacía TODO eso al mismo tiempo, y en medio de ese caos aseístico que yo había desatado en mi contra!!… frené y pensé... ¡!NOOO!! ¡!me había convertido en mi padre!!! Menos mal que me contuve antes de re-mirar los DVDs marcados sin fechas…
Créditos: Caso de la vida real.

3 comentarios:

Pi dijo...

... todos terminamos por parecernos a nuestros padres, dicen que es inevitable..

(a mi me está empezando de a poquitos la manía del aseo, ya no resulta satisfactorio dormir sobre tijeras y ganchos de ropa)

Saludos,

VICA dijo...

Además de no saber como lo haces...

Milo Martínez dijo...

Para que veas que la psicorigidez ataca en diversos momentos, de muchas formas y a quien menos se espera.